viernes, 2 de diciembre de 2016

2029


         2029





>>Existe hoy esa subespecie de persona humana, que tiende incesantemente lazos y puentes hacia su pariente próximo el borrego, los cuales [lazos y puentes] le permiten vivir allende toda responsabilidad y en un mundo donde todo es: Búsqueda incesante de culpables; Quejas herrumbrosas, miserables (balidos al borde de despeñadero); Lánguidas, ovejunas y vacuas miradas hacia el pastor o su perro afín, intentando buscar un hilo de razón, asentimiento o asidero en su maldito y rumiante quehacer; Amaneceres plomizos y proteicos, que lastran el redil hacia zonas pastuencas, raídas, comunes, comunales..., nada proteínicas, y que abonan sin azúcares dos lóbulos ya de por sí faltuscos en las Batuecas y desmejorados urbi et orbi. Esta ganadería que desgasta trochas y red pecuaria es la que clama empinada, con hondo dolor de sus cervicales, a su inquietante Cielo para exigir que haya en su comedero una ración de heno por la patilla. Estos adanistas mostrencos en su metálico discurso diario ante micrófono Magneti Marelli años 30 aburren hasta a sus incondicionales y tintadas de morado abuelas. Se erigen adalides in pectore de todo el inventario de causas perdidas habidas en el sumario de todo noticiario a las tres. Se camuflan tras el término Gente y proclaman trabajar para algo tan impersonal como Ella; eso sí, sin bosquejar un solo brochazo que haga pensar que, aunque con un estilo diferente, heterodoxo, el testero del tajo en liza quedará pintado. Ni bien ni mal, pintado..., sólo pintado.

Ganado rancio, maloliente --destinado a baños rebajados con Zotal--, con bolitas en la ropa, corbatitas de gomilla y sarro a los treinta y tantos... Le bailan el agua al chino, al Papa ultramontano y a sus amigotes del alma del coño sur; mientras, sus ayos, en sus enmoquetados chiringuitos periodísticos, mass medias --¡Más Medias, please!-- y cuentas de resultados en fulgurante "¡Hasta la victoria y la ruina subvencionada, siempre!", los envalentonan procurando que sus niñatos en la Puerta del Sol reediten la Place de la Concorde del ylustrado 1789. Trileros de mercadillo , vendedores de crecepelo más allá del Pecos, Uri Geller´s a todo color en LG´s cóncavas...<<

En su emborronado y amarillento manuscrito que conservaba aún desde hacía tres lustros, encartado en su 1984 de Orwell, derramó algunas lágrimas antes del asalto final. Durante los últimos quince años, leyes tan fascistas, anacrónicas y aberrantes, como la constante y fervorosamente retocada de Violencia de Género (de sexo, para estos últimos de Filipinas), con vientos de costado para unas y empopadas contra todos, habían terminado calando y desmoronando toda la estructura social. Fueron muy pocas las mujeres que NO sucumbieron a aquel Hamelín que les proponía venganza histérica sobre la historia que el flautista melodiaba. Como ratones a un apestoso queso azul se abalanzaron dos generaciones consecutivas: la de las madres y la de sus camadas. Recordaba, el apesadumbrado y roto francotirador, el último lustro como algo estomagante, pues una de las postreras añadiduras a la ultramontana ley fue lo que sigue: "...aquella mujer que en ámbito público o privado tenga certeza sobre si la mirada, aún de soslayo, que cualquier macho le dedica es amenazante o simplemente inadecuada, a su criterio, podrá pulsar instantáneamente el botón rojo de su pulsera y el autor entrará de modo sumario en prisión"...

Qué tremendo y duro resultó ser todo esto, todo aquello, para ese ramillete de mujeres cabales nacidas allá por la década de los sesenta del siglo pasado, y desmarcadas motu proprio del anteriormente relatado establishment --recordó el apostado y derrengado francotirador  sobre la torre de vigía--. No sólo les tocó nadar contracorriente, sino que sufrieron las consecuencias económicas de un sistema de pensiones en quiebra, en un Estado descompuesto. Ellas, que decidieron salir durante su juventud del mullido hogar y se batieron el cobre en campos no precisamente de lis y lavanda. Ellas, puntas de lanzas de razonables reivindicaciones, acunadas y adormecidas durante siglos y puestas en marcha durante su generación. Ellas, contribuyentes activas a una S.S. que llegada la hora les trocó telarañas por parné. Ellas, enrasadas al fin en infartos y Gólgotas sanitarios con sus compañeros de camino. Ellas, desconcertadas, desencantadas, capitidisminuidas y vulnerables en un mundo a la deriva. Ellas, que a los setenta ya no ostentaban mayoritariamente el título de viudez.

A los ocho años de Trump le habían seguido cinco --de momento-- de su engurruñada y enigmática esposa. En lo que ellos llamaban América no volvió a entrar ni una chincheta china; aprendieron por fin a cultivar el olivo y a apacentar guarros no de San Francisco sino 5J; floreció de nuevo la marchita Detroit; de la 7ª a la 2ª Flota fueron saldadas a los mejores postores, software de los buques con gusanos y troyanos incluidos y sin posibilidad de repuestos; con la Primera Flota les bastó para tener salvaguardadas sus dos costas de cualquier tentación externa; la endogamia económica yankee lamía sus heridas entre asbestos, rentables barrizales y bolsas pedorras de gas. Cuba siguió pasando de mano en mano, con la simple premisa de la New Age comunista: Que el chulo de turno tocara bien las gónadas unas pocas millas al norte de Santiago. Putin, después de no mucho pensarlo, visitó al neurótico cirujano plástico de Bruce Jenner y Camilo VI; por adentro seguía igual: con serias dudas en la rifa de gases, trigos y petróleos entre los nietos de sus ex compañeros de la KGB... €uropa, empero pompero, no pudo sujetarse con espiches, alcayatas y destornilladores de hierro dulce amarillo. Los nietos de los del baby boom fueron 1/6 que sus abuelos: en número y letras... A los mejillones al vapor de Bruxelles, la fUNEStCO los proclamó no sé qué inmaterial e incomestible de la humanidad... Del Parlamento en el corazón del Benelux, de la ciudad más fea del universo --vosotras me lo permitiréis, Albacete y Castellón--, salieron leyes tales como aquella que otorgaba el título de profesor honoris causa de la Universidad de su pueblo a todo ciudadano por el simple hecho de nacer. El último grito del Sistema Educativo funcionaba así, de Lisboa a Helsinki: los infantes de siete años eran titulares de sus doctorados y portadores de sus becas sobre sus pechos, y culminaban ya medio padres con el "a e i o u"... Si las generaciones anteriores se habían iniciado con el catón, para culminar con veinticinco tacos dudando conjugar cualquier imperativo y cometiendo faltas de ortografía hasta hablando..., creyeron los del pastiche Uropeo, que invertir el proceso no daría ningún resultado pero quedaría original y molón, como aquella ya añeja peli del hoy orondo Pitt, Brad, en la que la mamá del prota lo echa por la puerta del patio con gayato e Indasec XXL.

En eso estaban, absortos en sus pensamientos, el manojito de septuagenarios, arriba, en el soberado de la casa que compartían, armados como los niños perdidos de Peter Pan, cuando vieron acercarse con muy malas intenciones a aquellos que se habían conjurado para arrebatarles hasta los calendarios de Playboy... Pañuelitos palestinos, camisetillas emporcadas con Ches y Fideles, flequillitos de orinal y mucho piojo, esa era la vanguardia, con calimocho y espaditas láser, que flanqueaba la propiedad a violar. El de la atalaya pudo elegir blanco; cerró los ojos y le temblaron las piernas cuando apareció una figura por la mira. Discriminó el tiro.





ana©asaenrama

diciembre2016

martes, 8 de noviembre de 2016

¿CARIÑO DESORDENADO?...






     La primera criatura nació durante uno de los primeros tachones de un febrero doloroso de frío; a la hora que el Hacedor dictó y sin concurso ni aquiescencia de quiromante o alineación de planeta alguno. Venía ya magra, compacta y preparada para la lucha más allá de la maternal caverna. Por el modo como enchufó esta desesperada hembra los primeros calostros de su madre, barruntó, el que todo en un segundo plano observaba, que la criatura haría bueno durante su existencia aquello de la Voluntad de Poder. Le resultó antipática y descarada, de entrada...

     Muy justo le vino, en aquel ya lejano mismo amanecer, el segundo abultamiento de la vulva a la que reintentaba de memoria y carrerilla el milagro de seguir dando Vida. Tiempo, al que todo lo observaba en cuclillas, sí que le dio de volver a incendiar con alcohol --como displicente y anacrónico practicante-- las tijeritas que inauguraban una aséptica nueva vida. Hembra también, como la que media hora escasa hacía, ayudado a alumbrar había. El improvisado comadrón pudo intuir que la segunda cría, Blanquita, en la lucha por el mejor surtidor de la madre,  se llevaría desplantes y empellones de la primogénita, amén de escasa leche.

     Bastaron sólo diez soles de aquel enjuto, arrecido y encogido febrero, para que la hermana de Blanquita le doblara en gramos. La irracional ojeriza del amo hacia la mayor, en un intento por corregir con melindres semejante hándicap, no le iba a la zaga ni en desproporción. La Naturaleza y el Sino se impusieron en todo su abanico malhadado, según habitual y humano criterio. Y durante el undécimo gélido atardecer de sus existencias, Bimba --la mayor--, encima, aplastando, en un receso y descuido de su madre, quiso hacer rescoldo y cisco con su indefensa gemela. El alambrito, que por costilla tiene un animal tan tierno, horadó un pulmón... Blanquita expiró sobre el pecho de su amo con un cri-cri como de grillo un domingo a la hora del ángelus.

     La antipatía hacia la negra Bimba duró lo que tardaron el amo y su hijo en dar somera tierra a aquella perra hermana por hacer.

     

                           Siempre entre brumas lo complicado...


   
                 A ver quién NO iba a querer al trasto...
  

                             La Reina Madre: Mía


                               ¡Bimba forever!







                       Un Equipo de dos: Mía y Bimba 





                                Un Trío de mucho cuidado...


¿Cariño desordenado...? ¿Vuelco errado de los sentimientos...? ¡NO! Agradecimiento hacia una especie que nos hace más ligero el camino.
     

                                          Y LA LIGA DE LOS SERES INMISERICORDES.




ana©asaenrama

noviembre2016


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martes, 1 de noviembre de 2016

MOSCAS... EN NOVIEMBRE.







     Creo que el otoño es la peor estación del tren de la vida. Si no, ¿por qué durante su parada ocurre que se nos termina por caer casi todo...?; hasta el irrisorio saldo de nuestra cc, cuando pasados los Santos se nos aparece el malaje del socialdemócrata Montoro con su disfraz de recaudador y el "¿Qué hay de lo mío?: ¡el 2º plazo del IRPufffff!".


                           
    

     Tuvo que ser durante el decadente otoño de 1990 cuando se publicó la nefasta LOGSE. Ésa que ha amamantado y dado luz de gas a las últimas hornadas de diplomados y licenciados. Ésa que permitió convivir bajo un mismo techo, y a la par, a lumbreras y los otrora recalcitrantes repetidores, amén de criaturas más bien de cotolengo. Maldita LOGSE, pasando tabla rasa sobre todo bípedo viviente; ama de leche de tanto rufián aforado.



     En el otoño de nuestras vidas desearíamos quedarnos permanentemente los que nacimos entre el 55 y el 70 del siglo XX, que somos legión, por cierto. Parar no el reloj, sino el tiempo: ese artificio como el de los Meridianos y los Paralelos, sin los cuales no hay Neptuno que se aclare. Fondear al atardecer en la calma y abrigada rada. Financiadas al fin nuestras vitales necesidades por las cotizaciones de chinos, exentos de todo menos de sonreír a lo bobalicón al tendido, y por las dos o tres generaciones patrias posteriores a nosotros, que las hemos hecho pírricas en tantos sentidos. Dese por bien jodido quien no haya pulido la virtud del judío: ahorrar. No hay que ponerse nervioso en el minuto 15 del 2º tiempo, no; han comenzado a saborear anticipadamente el descanso del guerrero los del 55, ya veremos las migajas del mantel que van quedando para los de los Chiripitifláuticos y los de Espinete... Cosas más extrañas se han visto, como que la Masa Monetaria no tenga valor (0,?%) y que el negocio bancario vaya a desaparecer: Hay un trasfondo de una ideología muy maliciosa detrás del hecho o la teoría de que el dinero no tenga valor y de que el ahorro es tóxico*, pues la conjugación en imperativo categórico que nos muestra no es otra cosa que "¡Consuman y derrochen y no piensen en el mañana!". Nada de enfriar la economía y dar treguas y tiempos de reflexiones hasta la próxima jugada: ¡A lo loco, a lo loco! Éso, y que mientras te pones al día con el muestrario de caderas (de titanio, sean malpensados) cotizarás --suena a Mandamiento-- por los siglos de los siglos.


     Pero la Vida siempre se abre paso; las ganas de vivir agudizan el ingenio, y Doña Fátima y Don Cristóbal son de nuestra generación y se harán sólidos con la causa, en el descuento... ¡Sí! Siempre la Imaginación hace su postrero nido en la política, incluso, y algún andobilla discurrirá acerca de un impuesto a favor de los Abuelos, como el €uro de la luz o el de los hidrocarburos, hablando con fineza.

     Tiempo --el Otoño-- de nostalgias. ¡Malo! <<La nostalgia y la esperanza son dos vicios simétricos del corazón>>. De nostalgias y parpadeos a media persiana. De no hacer acopio de una pizca de voluntad para tronchar conductas, posturas y tics enmerdados sólo por inercias comodonas y del "Qué dirán"... Tiempo de zarandas con el personal y la familia..., y ver lo selecto de la cosecha.


     ¡Ay, Otoño, otoño! Tú que ensamblas los cimientos de nuestras vidas con la techumbre reparadora. Tú que nos colocas de fiel fiel entre nuestros hijos y nuestros padres. Tú que en tus templados atardeceres nos haces vibrar con cada golpe de pulmón. Tú que ya nos acomodas entre el Cielo y la tierra... 


Un Bálsamo no me dirán que no soy.


ana©asaenrama


viernes, 7 de octubre de 2016

MOSCAS EN OCTUBRE





MOSCAS EN OCTUBRE



     El Sr. Gª(guión)Margallo –esa especie de primo hermano repipi del cual no pocos abominamos– se ha despachado con que en lo más alto del pódium de las prioridades para que se forme gobierno a la voz de ¡ya!, sean abordados, tal que perros piratas berberiscos, temas tan importantiquísimos como <<El Cambio Climático>> (Sic, sic, que ¡sí!). Con éso, y con lo de jugar con picardías al Monopoli y al “yo los tengo tan bien puestos como su Graciosa Majestad” a la vera del Estrecho. Así nos va.

     A diez meses ya de que el Sr. Rajoy –Mariano para su mujer y sus enemigos, valga la redundancia...– aguante en modo estoico el incesante embate de sus más acendrados y opinados asesores sobre “Ni te imaginas, Mariano, lo que ganaría el proceso de asimilación de la chusma sociata si le diéramos una manita de tinte a tu barbita, rico”... A diez meses –como aporreo– de tan profundo analís por parte del núcleo duro y con cacumen que rodea a don Mariano, nadie auguró en toda la muy sufrida piel de toro –ellos incluídos– que la solución estaba en incrustar a un tal snchz entre la cuarta y quinta fila del Hemiciclo. Está claro: Nadie cayó en que España ES un milagro muy apuntalado desde Covadonga y que la Virgen nos protege; que Pelayo sigue siendo un nombre muy hermoso para bautizar a un barón; que Fernández o Domínguez o Gutiérrezqueteveo harán ver y afearán a cualquier bastardo descendiente de Sancho, si fuese menester; y, por último o primero, que escribir, opinar, echar miles de horas en tertulias y redes sociales, está a precio de mamada en polígono industrial de Tomelloso. Entre diez y veinte €uros...

Yo tmb los quiero!!! A vostros/vds, digo.



ana©asaenrama


octubre2016

lunes, 23 de mayo de 2016

Editores, S. Ahhhhhhh!!!!! {O LA SIESTA DE DALÍ*}






Por muy Tenorio que me apellide no debo darme a estos festivales y desfases a estas horas vespertinas y aún caniculares. Ni siquiera estos gruesos muros de mampostería, de esta señorial alcoba renacentista, amortiguan la rabiosa fiebre de Lorenzo. ¡Qué ven mis luceros recién liberados de Morfeo!... El cantarillo de la fresca agua, allá en el alféizar, a la sombra del ajímez. Pero bien sé que es mayor mi derrengo que la necesidad de beber... Y encima, Aldonza a mi vera no excusa el embozo hasta la barbilla una vez hemos yacido… ¡Qué calenturiento recato, Dios mío, tras el desacato!... ¡Mírenla, pardiez! Si consciente fuera de que su señor Alminares puede estar al caer, no dormiría plácidamente cual confiado bebé. ¡Qué delicada potranca, qué maravilla de mujer! Aquí arrebolado el cabello, ni entresuda -ahora- su tez. Que diera aviso a la hora del ángelus el impresor Alminares -con la mucama Fátima- de que en el almuerzo de hoy no se dejaría ver, no significa que de un momento a otro a través del ojo de la ferradura nos pueda sorprender. ¡Qué horror!... Y mi sable toledano, vislumbrado tras el tul, mal colgando del dosel; gallumbos y blusón por tierra… ¡Que me aspen! ¿Quién osa lamer ahora con esa fruición mis desnudas muñecas, antebrazos incluidos, ahí abajo junto al fresco terrazo?... ¡Recoños!, dos chuchos enanos, traídos seguro del virreinato de Méjico, que remolonean con las babuchas del señor. ¡¡Despierta ya Aldonza!!, y explícame qué significa labrado en esos collares: "Cornudo" y "Apaleado"!!!!”


         
            


  • Deja en paz los abalorios y sus canes, que son el delirio de mi señor el impresor Alminares.
  • ¡Ay Aldonza! No me dabas esos mandobles con la almohada ni hace apenas media hora.
  • ¡Mira, Tenorio!, la sombra de la Giralda se nos cuela ya en el dormitorio.
  • ¡Pardiez!, que tu marido va a llegar de una vez.
  • ¡Calza y viste raudo!, que oigo de Alminares ya sus quedos pasos.
Carajo de profesión, de afición, en la que siempre termino gritando <<para qué os quiero pinreles>>. Las gárgolas, hoy sudando, de los tejados de Santa Cruz una vez más me saludan, me guiñan y me muestran cómplices mil trochas que los cornudos desconocen… ¡Ay por Dios!, que el impresor bien conoce los soberaos de la judería, si no…, no me alcanzaría” – Cae bellaco Tenorio al callejón y alivia la testa de tanto cabrón. “¡¡Aspidistras, helechos espada, clivias y costillas de Adán no me salvan del costalazo en el tartán!!”






  • ¡¡¡AldonzaaaaaiiiIIIIneeeéssss!!!!!
  • ¡Pepelu, Pepelu, mi amor, despierta! No puedes ponerte como el Kiko de salmorejo y dormirte un siestón en el despacho antes de un libro y la suya presentación. ¿Qué soñabas…, si se puede saber?
  • ¡Ay, Inés!..., qué vívida pesadilla; no le pongas tanto ajo al salmorejo, Cielo. Pues no que me la estaba pegando este cabronazo que viene, pero con los nombres trabucados…, creo.
  • ¡Anda, anda, Alminares!…, que te está esperando ya en el recibidor.
  • … ¿Ana Casaenrama?... ¡No se le habrá ocurrido traer los Chihuahuas?
  • … ¡¡Noo!!... Viene muy afeitadita “¡Ella!”, con estilismo a lo garÇon y la nuez sin poderla disimular del todo..., mi amor.
  • ¡Vaya!... Se me pasó ponerte en antecedentes… Es peculiar la muchacha… Hazlo pasar, ¡anda!


¡¡Hombreeee, Mariano!!, dieciocho los ojos que te ven. Qué tal el vuelo” “Tranquilo. Gracias, Pepelu… Pero vengo desconcertao… La librería del aeropuerto, mejor no la hubiese trasteado… Es como una librería de viejo pero a la menos uno… ¡Qué cosa más friki!, Alminares… Casi al peso el libro de la Esteban, por no hablarte de novelas apelotonás, como las del boli… ¡No me jodas, Pepelu!” “¿YYYYYY?” “Pues que yo he llegao a tu bendita casa con mi ración diaria de contacto consciente con la naturaleza: ten en cuenta que antes de coger el avión hacia Madrid me he dao un garbeo en bici por la huerta de Alboraya y he despachao con los llauraors, dando apretones a sabios callos al despedirme (1); faena creativa tengo por un tubo, creo: pero no me refiero a la escritura ni mucho menos, los tiros van, desde mis lecturas, por ejemplo, o desde hacerle un arroz al horno a mi familia con todo mi cariño, hasta perder toda una tarde conversando con un amigo (2); y lo más importante… Mientras tu mujer y yo nos reíamos en el recibidor de vuestra oficina, oyendo los desvaríos de tu siesta, he tenido una sensación raraa, raraa” “El diálogo es tuyo, Mariano; remata pues” “Pues…, que no siento la necesidad de ninguna presentación en la fnac o en el Corty para estar convencido de que hago cosas güenas en mi entorno…, para mi entorno (y3).” “Y yo diciéndole a Inés que eres peculiar… ¡Carajo de tío raro! ¡¡Anda, anda!!, vamos a tomarnos una horchatita antes de la presentación..., y ya veremos”


Fueron y se la tomaron.







* Según el artista, la siesta corta de media hora era efectiva para inspirarse.


sobre los textos
©  Rafael Domínguez Fraile  (ana casaenrama)




enlaces de interés:

  



miércoles, 13 de abril de 2016

«¡RAJOYYY, RAJOYYY..., cuchi cuchi!»





   Yo, Efraín Antonio Campo Flores, no quiero pensar aquí en esta jaula quÉ resultará de este cacho de carne bautizada en iglesia colonial hace ya más de treinta años, despojado y arrojado a su suerte: mi sino; toda vez que la viuda –mi tía Cilia se abalanzó a los pies del nuevo Caudillo Diosdado, en hinojos, allá en Miraflores, cuando todo lo que refiero sucedió.
   Mi relato tiene asignado todos los dejes patéticos que me transmitió días después una mujer, cuya tribulación quiso hacer honrada competencia con la que aquí me tiene postrado entre insoportables barrotes en el esquisto de Manhattan a orillas del brumoso Hudson.
   Quizás haya que buscar el origen de esta tragedia en ese regusto ciclotímico que siempre poseyó y persiguió mi tío, que se balanceaba entre el histrionismo sin cuartel heredado de Chávez y la agostada media lagrimita a menudo tan efectista. Creo que por lo mastodóntico e irrefrenable del personaje Maduro se puede entender su amor por las avecillas canoras: sólo visionando una sola vez La Bella y la Bestia lo desenredaremos...


   De su amor-odio hacia la Madre Patria España sólo diré que su profunda afectación, invariablemente con focos y micros de por medio, tenía muchísmo que ver con la de aquellos que siendo conscientes de sus limitaciones y sus miserias no se atreven a reconocer la grandeza allí donde Todo tuvo su cosmogonía, o lo que es lo mismo: la negación del mulato bastardeado hacia su progenitor, por definición.
   Cuando el Embajador en Madrid –Mario Isea, recién aterrizado en Maiquetía “Simón Bolivar”, cómo no, le trajo casi en mano el mandado de un pajarillo mixto nacido allende los mares –en la Valencia española, nadie supuso entonces lo que acarrearía el efecto mariposa, y muchísimo menos lo que sería morir de aquella manera tan despiadada y estomagante, casi.
   <<¡Rajoyyy, Rajoyyy, cuchi, cuchi!>>. Le iba susurrando el Metrocanciller en su Toyota Sequoia de a 65000 imperialistas dólares, dentro aún el pardalet de la mínima jaulilla aposentada sobre sus faldas, mientras el séquito presidencial y los criminosos motorizados le allanaban Caracas.




   Lo que resta hasta lo fatal he tenido que entresacarlo casi en indicativo tiempo presente de los balbuceos de mi tía Cilia Flores, en un llamado telefónico estilo narco, por lo parco y abreviado.

   Son tres en el despacho de Miraflores: Ella, Diosdado y Nicolás. A éste le ha faltado tiempo para posar el mansito animal sobre uno sus índices, seguramente el izquierdo, claro. Y acto seguido, entre arrullos y suaves mecidas, se ha ido acercando la ternurita cantora hacia su boca: <<¡Rajoyyy, Rajoyyy, cuchi, cuchi!>>. Cuando ha iniciado de nuevo el mismo empalagoso sintagma, el mixto ha embocado raudo, nunca mejor traído, y se le ha encasquetado allá entre la tráquea y el esófago. Han sido los dos últimos minutos de sus vidas; en algún sitio estaría escrito, como que yo voy a pudrirme en un penal Yanki.
   Diosdado por lo visto lo intentó todo, iba de suyo, claro. Y hasta le oradó el pescuezo con un abrecartas con la cabeza del Libertadorrrr, en marfil, en un último y desesperado intento. Un muy etéreo plumón del pecho, del muy atinado entre canario y jilguero, posándose sobre la punta de la nariz de Cabello, fue el resultado de todo el estrépito*.

<<¡COMANDANTEEE?>>. Acertó a decir Diosdado. Me dijo mi tía.

*Asfixia Mecánica rezó en el certificado de de-función expedido por un joven galeno estudiado en la hemmana Facultad de Ciencias Médicas de Guántanamo.


☞ BÚSQUENLO: rafael m. domínguez fraile.
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